"La niña que nació en el mar"

La Verdad, 28 de Abril de 2002

 


El pasado jueves la prensa nacional ofrecía la noticia sorprendente del nacimiento de una niña en medio del mar cuando su madre subsahariana navegaba rumbo a las Canarias haciendo la travesía de esa parte del Atlántico desde el continente africano en una patera. Una patera en la que perdieron la vida algunos de los inmigrantes que realizaban el mismo éxodo en la búsqueda arriesgada de las islas afortunadas. Muerte y vida en la misma embarcación.

Y en la frontera del océano que separa ambos mundos, el de la muerte y el de la vida, una madre preñada de esperanzas rompe aguas, desafiando a la turbulencia de las otras aguas, abriendo paso a la vida de la hija de sus entrañas. Es el camino de la liberación de los pobres de la tierra, de los pobres inmigrantes. Un camino de dolor, de angustia y de lucha, pero guiado por la fuerza imperiosa de la vida, que impulsada por el amor inmenso de la madre sólo se nutre de esperanza, capaz de superar todo tipo de adversidades.

Esa niña y su madre se abrieron paso por la mar. Pero superaron sólo la primera de las grandes barreras para poder vivir con dignidad. Llegaron a tierra firme pero su estabilidad se tambalea por llegar a tierra española donde está vigente una ley de extranjería que declara ilegales a las personas inmigrantes y sin papeles. Ahora, como todos los inmigrantes económicos, tendrá que atravesar el océano de la injusticia institucionalizada por una ley de extranjería que las condena a no ser consideradas ciudadanas de este país y por tanto a vivir en la exclusión. Esta niña, sin patria ni hogar, que nació en una patera en alta mar ¿de dónde será ciudadana?

Esa ley de extranjería, al tratar a las personas como ilegales, favorece que éstas se conviertan fácilmente en mercancía rentable y objeto de explotación para las mafias de la inmigración. Una ley que vulnera la declaración universal de los derechos humanos al negarles derechos sociales fundamentales y limitar otros derechos individuales por carecer de documentación. Para conseguir la aceptación generalizada de esta de esta ley injusta la mayor parte de los medios de comunicación ha orquestado una campaña presentando la inmigración esencialmente como problema, resaltando sus aspectos humanos negativos y suscitando la desconfianza y el miedo hacia los inmigrantes. Es evidente que en este caldo de cultivo sigue avanzando el racismo y la xenofobia en nuestras sociedades europeas. No es casual que en Francia la derecha ultraconservadora y racista haya avanzado tanto.

Por eso las actividades permanentes de concienciación social y de lucha solidaria como la caminata de la solidaridad que hoy tiene lugar desde Molina de Segura a Murcia, y los trabajos de organizaciones como Murcia Acoge y de movimientos sociales como Desobedecer la ley - Convivir sin racismo y del Foro Social de la región de Murcia en el acompañamiento de los inmigrantes, en la vigilancia, control y seguimiento de los procesos de regularización, en la lucha por la abolición de la vigente ley de extranjería son dignas de elogio pues expresan la convicción profunda de que otro mundo es posible para la niña que nació en el mar y para todos nosotros.

 

José Cervantes Gabarrón,
sacerdote y profesor de Sagrada Escritura,
director de la revista "Reseña Bíblica"